
Entrar en el Château des Fleurs es experimentar una nueva sensación de hogar lejos de casa, donde vecinos y turistas de todos los rincones se dan cita para tomar una copa o uno de los cócteles propuestos por Julien Quettier.
Entre los cócteles más distintivos: el Spritz de flores con sirope de jazmín, infusión de té y flores de arándano.
Una oda a la Belle Époque.